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El Reloj de Yoko Ono y John Lennon: Una historia de amor, música y justicia

El Reloj de Yoko Ono y John Lennon: Una historia de amor, música y justicia

Un tribunal suizo ha emitido un fallo que pone fin a una controversia internacional sobre el icónico reloj Patek Philippe 2499, un regalo que Yoko Ono hizo a John Lennon en su 40.º cumpleaños. La decisión confirma que el reloj no pertenece al comprador que lo adquirió en una subasta, y respalda dos fallos judiciales previos.

Un Regalo Cargado de Historia

En 1980, apenas meses antes del trágico asesinato de Lennon, Ono compró el reloj por 25.000 dólares. El obsequio llevaba una dedicatoria grabada: “(Just Like) Starting Over. Love, Yoko. 10-9-1980, NYC”. Este gesto no solo celebraba el cumpleaños de Lennon, sino también el lanzamiento de la canción homónima que ambos escribieron para su último álbum.

Hoy, el valor del reloj se ha cuadruplicado, convirtiéndolo en un símbolo de amor, música e historia. Según documentos judiciales, el reloj está actualmente bajo custodia en Ginebra, y aunque el tribunal reconoció a Ono como su legítima dueña, no se ha confirmado si el reloj será devuelto a la artista. El comprador, cuya identidad se mantiene protegida, reside en China.

Un Cumpleaños Inolvidable

El reloj no fue el único regalo memorable de Yoko Ono para Lennon. En el mismo cumpleaños, contrató aviones para escribir en el cielo un mensaje especial repetido nueve veces (el número de la suerte de Lennon): “Feliz cumpleaños, John y Sean. Con cariño, Yoko”. Además, le obsequió un prendedor de solapa con la bandera de Estados Unidos, hecho de diamantes y rubíes.

Un Tesoro Musical y Emotivo

El reloj también refleja el vínculo creativo entre Lennon y Ono. La canción “(Just Like) Starting Over”, que dio nombre al grabado, fue escrita por la pareja y marcó el regreso musical de Lennon antes de su muerte. Este objeto no es solo un lujo material, sino un fragmento íntimo de una historia compartida entre dos figuras que dejaron una huella imborrable en la música y la cultura.

Este caso judicial nos recuerda cómo los objetos pueden trascender lo material, conectándonos con capítulos únicos de amor, arte y justicia.