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Cómo Ellen DeGeneres pasó a ser “la más malvada del mundo”

Cómo Ellen DeGeneres pasó a ser “la más malvada del mundo”

Pese a que pasa sus días encerrada en una fabulosa mansión en California, ni el buen tiempo ni el espacioso lugar puede ayudar a la presentadora Ellen DeGeneres a salir del infierno. Hoy la actriz -antes aplaudida por ser una de las mujeres más cómicas de la escena- es protagonista de una campaña de acoso y funa desde las redes sociales que han acabado proclamándola “una de las personas vivas más malvadas”. ¿Qué llevó a todo esto? El maltrato con las personas que trabajan con ella sumado a un comportamiento caprichoso y despectivo según el equipo de su show de TV que ahora se emite desde la casa de la conductora.

Quien fuera ícono LGTBI desde hace 23 años (cuando salió del closet con esa famosa portada en Time “Si Soy Gay”), DeGeneres, hoy de 62 años, se tomó los primeros mensajes contra ella en Twitter como una típica y pasajera campaña de haters contra personajes ricos y famosos. 

En marzo con el inicio del confinamiento en Estados Unidos el también cómico Kevin T. Porter pidió en Twitter “las historias más alocadas” sobre el supuesto maltrato de DeGeneres a sus empleados. Por cada una de ellas él haría una donación al banco de alimentos de Los Ángeles. El flujo de respuestas se desbordó con muchos episodios sobre el (mal) comportamiento de la estrella televisiva. La imagen de dulzura se contrapuso con la de una diva que por ejemplo exigía que cualquiera que fuera a dirigirse a ella mascara antes un chicle para evitar que le llegara un supuesto mal aliento. A esto se sumó lo que según Variety vivían los empleados fijos de El show de Ellen DeGeneres y el testimonio de un ex guardaespaldas que denunció tratos humillantes.

La propia Ellen DeGeneres se la buscó cuando lamentó las miserias del confinamiento desde su fabulosa mansión de Santa Barbara donde vive con su pareja la actriz Portia de Rossi. “Me siento como en una cárcel”, explicó a los televidentes desde su espaciosa sala de estar, con ventanas abiertas a un inmenso jardín. “Menuda cuarentena, cuando miles de presos están encerrados en sus celdas sin la mínima protección básica”, dice uno de los comentarios colgados en las redes y que resume el impacto que ha tenido la reflexión de la comediante.