La deuda pendiente en Chile por dejar de usar bolsas plásticas
Universo Tecnologico
En este mes se conmemora un nuevo aniversario de la entrada en vigencia de la Ley 21.100, también conocida como “Chao bolsas plásticas”, que prohibió la venta y distribución de estos productos en los comercios de nuestro país.
Complementar, señalando que con el objetivo de proteger al medio ambiente de las consecuencias por el uso indiscriminado del plástico, en el año 2018, el Estado de Chile fue el primero en Latinoamérica en prohibir la venta y distribución de bolsas fabricadas en un 50% o más, de materiales derivados del petróleo.
Desde Greenpeace destacan que hemos visto una transformación en la conciencia ambiental en nuestro país. Por un lado, el comercio avanzó en ofrecer alternativas reutilizables, más sustentables, y por otro, los consumidores adoptaron nuevos comportamientos de compra, trayendo y llevando sus propios embalajes.
También desde ONG en Chile, reconocen que faltan avances. Ellos señalan, que mientras nos esforzamos en llevar la bolsa reutilizable al supermercado, nos encontramos con que todos los productos de las góndolas están envasados en plástico. Lo que, a todas luces, presenta una contradicción
Hoy en todo el mundo se generan más de 500 millones de toneladas de desechos plásticos al año. Y de ese universo, sólo el 9 por ciento de los plásticos se reciclan. El resto va a los vertederos o es incinerado, lanzando vapores tóxicos al aire.
Una parte importante también termina en el océano, que ya ha acumulado hasta 219 millones de toneladas de ese material: envoltorios que llegan a las costas, trozos comidos por los peces, islas de plástico que se forman en remolinos de agua en el mar.
Y cómo revertir o poner freno a esto. Por un lado, tenemos que seguir incentivando la conciencia y cultura. Pero también la ciencia ha hecho su aporte creando el bioplástico, polímeros que provienen de fuentes renovables naturales, como son los almidones de maíz o de caña de azúcar y otras fuentes. De hecho, recientemente en la universidad de Caldas, Colombia, científicos desarrollaron un bioplástico en base a cascaras de naranja.